lunes, 14 de mayo de 2012

No era él quien cantaba – (Mi juventud en manos de Ricardo Arjona)

Ayer que comenzaba el día de las madres soñé que después de una revitalizante sesión de besos en tu casa, ya detrás del volante con un último beso me despediste. Con mi conducta aprendida de las ventanas arriba y los seguros abajo, me decidí a poner un disco de Ricardo Arjona para evitar morir apuñalada por el recuerdo del sabor de tus labios y causa del cansancio originar un accidente automovilístico… … hace muuusshooos años atrás Al principio muy a lo lejos sonaba la mujer que no soñé… La primera persona que me expuso ante Ricardo Arjona fue Árabe, que compró el cassette que de portada tenía los chinos locos del artista en los 80´s, con el debido susto cardiaco que eso podía causar. Jesús es verbo no sustantivo, y mujeres en el lado B. Luego vino una de mis favoritas: historia del portero, por la que jamás olvidaré el día en que mi madre me concedió UNA sola moneda para elegir una canción y yo la seleccioné de entre un millón de opciones de la rocola del Shaky´s Pizza de Periférico. A continuación se hace una laguna de su presencia en mi vida hasta que llegué a la universidad y trepadas en la Cherokee blanca de la Breaker Anónima escuchábamos cuando… y después el primer concierto; sería el año 2001 porque coreé el Mesías con una vela encendida. Luego entre copas y partidos de domino, me enamoré de él en el Kicho´s. perdiéndonos en Cuernavaca entre la fiesta y los amigos. Ruth tuvo a bien hacer tocar: también es mi primera vez, de la cual nunca he sabido si es el concierto de Aranjuez o a Ana Lujuez… ¿alguien que me lo aclare? Y poco, muy poco después de eso cumplí 21 y regresé a la vida después del lunes negro de mi decisiones despertando con nada menos que el ritmo de dime que no y me enamoré,… de la canción. Aún así, viví mi pasión por el amor judío, cantando las estrófas de santo pecado (ni mejor que pintado), pero cómo crónica de una muerte anunciada por obvias razones pereció. … Back in time De una rota tristeza me curé con adiós melancolía. A sus conciertos nos organizamos para ir Gaby y yo; para entonces ya cantaba a gritos si el norte fuera el sur y le pedía ¿por qué es tan cruel el amor? , mientras que Gabriela lloraba con: sin daños a terceros Para mejor recordarlo, en el primer concierto Gabs me compró una taza con su “jetita” (cómo habemus de decirle desde entonces a su cara) con la cuál tomé café hasta que un día se rompió parte-aguas en mi vida laboral, q.e.p.d. la taza de su jetita. Al terminar el segundo concierto puse en riesgo mi integridad física al correr con una mano en ademán de alto en frente de su camioneta para que Gabs pudiera pedirle que nos autografiara nuestros boletos de entrada, para el mío le dijo: -Jimena con J, por favor- … Y lo escribió con X … Cuando conocí a Maadi me grabó un disco con ayúdame Freud (algo tenía que haber vagamente inferido de eso, pero en fin) y como Madame Zazú ya cantaba: denme un tylenol pal mal de cuerpo y un diasepán para olvidar… Trabajé en el imponente edificio de Gra Vía 28 (entrada por Valverde 3) al son de; desde la calle 33. De regreso a casa caminaba por la tan afamada Castellana de Madrid, bailando al ritmo de chicos de plástico y Carmelina me dedicaba frases de realmente no estoy tan solo y hasta jugamos de 3 con: no te enamoraste de mí (si no de ti cuando estas conmigo) Y cuando aquél viernes del terror, en el fondo de la conversación se oía se nos muere el amor, traté de recuperarlo con: quiero, pero ese criminal de guerra, militar al más puro estilo Medio-Oriental calcinó mi corazón hasta que le arrancó valor alguno y su característica alegría. Y mientras me rompían la existencia, de banda sonora roncaba: ¿quién dijo ayer? Intentando concentrarme con el disco completo de Galerías Caribe y viviendo de la buena fe de que Gaby había supervisado su siguiente disco porque mi frágil ser no estaba como para oír algo que me hiciera más daño… ese disco he oído nada. … los días y las fechas pasaron sin oír Ricardo Arjona… … más cerca en el tiempo … así pasaron los años, (no exagero) y aprendí a no sólo estar alegre si no a ser feliz, aprendí quien soy yo ahora; acepté que jamás sabría quien sería en el futuro y me resigné a los horarios de misa en San Agustín al tempo que cantaba, ahora sí: receta. Por fin un día dediqué lo poco que queda de mí y hasta la fecha al primer acorde el alma me brinca casi a salirse del cofre en el que a cal y canto lo guardé para empatizar con Davey Jones, de Piratas del Caribe ocultándolo del canto de Calypso, jajajajajaja. Sin embargo, Calypso cantó y cantó cómo un armónico de sirenas el día que bailando banda caí… Todo esto para poner en contexto al lector del grado en el que conozco la voz y las canciones de mi canta-autor culpable y la importancia de lo que a continuación voy a decir. Ayer en mis sueños valientemente, cerré los ojos y me dejé besar; me dejé besar cómo hace mucho no me dejaba y tú me diste un beso, un beso como el que yo te hubiera dado cuando te conocí y he aquí: …hoy … me decidí a poner un disco de Ricardo Arjona para evitar morir apuñalada por el recuerdo del sabor de tus labios y causa del cansancio originar un accidente automovilístico… Siempre he pensado que los gestos guturales del guapísimo gigante Guatemalteco son roncos y profundos, pero comenzaba lo melódico de Santo Pecado y de pronto no lo percibí… cantaba alguien más, no era él; no salió de su “jetita” la voz que por tantos años he escuchado; volteé a ver la pantalla del sistema de sonido de la camioneta buscando si no estaba el botón de FF trabado; incluso llegué a pensar que el disco estaba rayado. No y no. Siguiente canción, lo mismo. -¿será que estoy muy cansada?, ¿acaso estoy borracha?, un par de cervezas rara vez me afectan… es que se oye la voz tan más chillona, más aguda, como las ardillas en el especial de navidad-, (jajajajajaja) -no lo entiendo, están las calles tan más lúgubres; su voz tan rara; mi respiración tan acelerada…- abrí los ojos como platos de dos vistas... vacilé… Al día siguiente no encendí el aparatejo éste, por miedo a que siguiera poseído por un chacal, primo de la vieja que trabaja en el piso 10 y que es la versión de Damian en mujer pero sin la súper producción hollywodesca de Las Profecías, lo cual la hace todavía más demoníacamente horrible, jajajajaja. Ayer finalmente prendí el disco de nuevo. Minutos se escucha perfecta, presioné el botón de next; Dame se escucha perfecta; Se fue se escucha perfecta; Amarte…, ¡todas! y en todas y cada una de ellas se escucha perfectamente normal su voz. Lo que quiere decir que esa noche despertaste mis sentidos; que esa noche tus besos fueron el arte de la emoción sin el deseo, un placer sin pretensión, una existencia sin duración, la belleza sin voluntad de serlo. Fueron una escena muda, vida sin movimiento; una perfección arrancada del tiempo. Soñé entonces que mi cuerpo se ajustaba a una nueva sintonía; la llave de sol subió a fa cuarta justa y las 7 notas musicales ahora se tocan en “do” sexta, con mis ojos viendo sólo una sinfonía en D mayor. Por eso, y sólo por eso, deja que los días amanezcan y las noches agonicen porque el besarte fue, como dices tú, mientras que dure esto, un sin par de monosílabos en la escala musical. Octava será. Por eso tengo una propuesta: La próxima canción del Sr. Ricardo Arjona se debe llamar: (sin ofender) Recuérdenme y envidien mi destino. XOXO BICDH 263106

Cartas a mi Abuela Abeja:

Aún fresco el día de ayer que falleciste. Pasé la noche contigo, mentira sería decir que no cerré el ojo y verdad sería decir que jamás lo pegué. Leía sentada en esa silla de colchón, mientras me subía la presión cada vez que a ti te bajaba. A las 2:30 de la mañana hablaste, te oí como escucho las voces de mi mente… a las 5 de la mañana se hacía inminente;… a las 6 te bañamos y arreglamos con cuidado. Aprendí a darte de comer,… mamá… tus hijas relevaron y seguimos el camino andando… se me encoje el alma al pensar que a desayunar nos fuimos y aún con el descanso vacío, te oímos. El sonido telefónico timbró. Te habías ido… repicó el ruido de un ángel caído. Y comenzó todo, poco en un principio lloré, después, otro gallo fue. Inmediatamente te vimos y la Hormiga, hacendosa se puso a recoger, el Alfa sus lágrimas dejo caer, ni la blanca flor sabía que hacer… Árabe, atinó a decir que estabas ya con él. Un hijo te despidió y otro te recibió, en las arcas de Noé. ¡¿No sabíamos para dónde correr!?, sola tú rápido en la funeraria estabas, pidiendo madera en un 2 por 3. El anuncio de la radio redactamos, poca gente comenzó a saber… Abuela Abeja todavía te arreglaban, cuando sentada en el portal te nombré; pensando en ti estaba, cuando la Reina de la miel alrededor de mí volaba y buscando el sentido de dicho trabajador insecto esto fue lo que me encontré: La abeja nos recuerda de extraer la miel de la vida y hacerla fértil. Trabajadora incansable, luchadora de corazón; todo al morirse entrega con dicha y con pasión. Con la concentración como bastón y la prosperidad como estrella, las abejas pequeñas creaturas que nos recuerdan nuestro lugar dentro del todo de la naturaleza son. La más bella de las abejas eras, la más bellas de las reinas eres hoy, al teléfono llamaron porque ya la gente había llegado y nosotros sin saber que hacer… poco a poco la tristeza nos invadió. Abuela Abeja, es que si no escribo esto vamos a desaparecer; entre gripas, infecciones, manchas y fiebres el coco nos va a comer. La más bella de las abejas eras, la más bellas de las reinas eres hoy, de negro te velamos hasta que en el horizonte se puso el sol. No puedo más abuela abeja, repito nadie sabía que hacer, ni los primos ni los nietos, ni si quiera el buen Abel. Los rosarios se rezaron y las oraciones se escucharon, la gente nos sabía cómo dar el pésame, las familias menos responder. Entre flores y arreglos justificamos la despedida, te echamos la culpa encima porque tú decidiste regalarnos tu partida. La noche de nada nos sirvió. El despertar del día siguiente; ellas y ellos como sombras, de pie se mantenían, con el cuerpo hecho jirones y el alma hecha boronas. Primera fila de misa cuerpo presente y una abeja a tu ataúd revoloteando se acercó. En ese momento me convencí,… la más bella de las abuelas eras, la más bellas de las abejas eres hoy, hablar de ti intentamos, pero el llanto no nos lo permitió. Abuela Abeja en un carruaje ibas, no sabíamos que hacer… si dar vueltas o girar despacio antes del anochecer. A las faldas de la entrada del panteón, murieron nuestras esperanzas, no sabíamos que hacer, si caminar callados o en silencio; despacio o aprisa, se vieron las flores caer. Abuela Abeja hoy descansas a un lado de él; no sabíamos que hacer… ¡Tengo una idea! ¡Abuela Abeja tengo una buena idea!, ¿por qué no regresas y lo practicamos una y otra vez?; que la práctica hace al maestro y el tiempo al alumno ceder. Tú puedes reírte de nosotros cada vez que practiquemos hasta que sepamos que hacer. No se olvida, solo se aprende a dejar caer; pero Abuela Abeja, ¿podrías enseñarnos?, es que hay veces… , … sólo a veces… , que no sabemos que hacer. Desde entonces, siempre apareces, Abuela Abeja, cuando la felicidad y la naturaleza; cuando llueve o cuando truena, al viento brindas pelea; aguerrida y aferrada a estar presente, es un día sin sonrisas cuando estas ausente. A vivir al campo quiero mudarme, porque allí hay más abejas; o tal vez sea necesario que ubiquemos un panal en la puerta trasera. Abuela Abeja, sé que estás detrás de esto… te pido que sea próspero, nada adverso. Es un nuevo y esperanzador comienzo, desde luego te ruego: gracias Abuela Abeja, vivo de tus recuerdos.. ¿Cuándo vas a regresar para que practiquemos?,… ¿sí? Te quiero. _________________________________________________________________ México D.F., a 10 de mayo de 2012 BICDH 263106