miércoles, 21 de julio de 2010

Un doctor llamado Murphy

El viernes fui al doctor, según que se llamaba Roberto, pero les puedo asegurar que su segundo nombre era Murphy y simplemente no lo menciona por no asustar a los pacientes… Me revisó de pe a pa y me mandó hacer análisis que me costaron un ojo de la cara. Los resultados:

Sufro de síndrome pre-vacacional. Comprobado. Lo síntomas son: un poco de dispersión en las tareas cotidianas del trabajo, un excesos de actividades a realizar previo a tomar el avión y tener lista la maleta; postergar citas que se pueden realizar días después de la vacación; un stress incontrolable pero a la vez un vale-gorro de miedo; un gasto excesivo de los bienes materiales debido al brindis y festejo por el gran viaje aunque aún No te has ido.

Si padece dos o más de estos síntomas, usted tiene síndrome pre-vacacional y en efecto, yo lo tengo. Vaya… después de la última vacación pensé que era capaz de controlar mi concentración… y es que uno así lo piensa; -no hay problema- nos decimos. Creemos que, mientras tengamos las cosas planificadas con anticipación, seremos capaces de enfocar nuestros esfuerzos a seguir trabajando como normalmente lo hacemos sin miras a una expectante vacación.

La realidad es que: NO, ¡no es así!, ¿aprenderemos algún día que será mejor sucumbir ante el síndrome pre-vacacional?... digo, ¿¡pa´que nos hacemos tarugos…?!

Además, para rematar el síndrome pre-vacacional, siempre, SIEMRPE, por LEY, cuando uno está a 4 días laborales de irse de vacaciones: 1. se desploma el changarro, 2. cae una bomba tipo Nagasaki y explota todo, 3. se ponen los procesos de cabeza y aunque uno se ponga el traje de bombero mojando con su manguera las llamas para tratar de extinguir el fuego, pues, 4. el incendio se vuelve inundación, 5. la inundación foco de infección, 6. el foco de infección en epidemia, 7. la epidemia en extinción de las especies para terminar siendo, 8. la era del hielo justo antes de que salga el avión.

Así, cuando regresas te encuentras todo congelado y tienes que empezar a reconstruir todo a partir de un mosquito en una esfera de ámbar, descalificando por completo el trabajo de 6 meses que al final fue la razón por la que decidiste celebrar tomándote unos días de vacaciones. Y a todo esto solo tienes 6 meses para volver a edificar lo que se cayó y lograr más porque no vayas a querer cerrar el año mediocremente...

Total te vas de vacaciones y te vuelas la tapa del cerebro con un revólver imaginario encarnado en la realidad a manera de tintos, whiskys y tequilas sin saber sí fue más desgastante salir un rato de rutinaria existencia o mejor te hubieras quedado con las ganas… jajajaja. Al final salir de vacaciones siempre será mejor porque esas experiencias, son fuente de chistes locales y anécdotas por venir que te causarán la mayor de las risas cuando estés tratando de re-lanzar el negocio.

El colmo de los colmos:
Para rematar tu frenesí, acumulando piedras en tu balanza y desestabilizando todo tu so called equilibrium, es también obligatorio, antes de irte a relajar a la ciudad del amor, topar una y otra vez con esa gente que preferirías no ver y pensar que no existe o que no te cae bien. Este tipo de encuentros con el más allá sólo aletargan tus reacciones y entorpecen tu agenda; te dejan un poco pasmado haciendo que tardes un poco más de lo normal en volver a entrar al momentum del tren de trabajo que tienes en mente.


Es la cereza del pastel… Entonces, comprometerte 100% con tu trabajo cuesta como unos zapatos Channel de temporada comprados en la boutique de la calle de La Montaigne con el euro y la devaluación de 2009... Shit!



So, así pasa el penúltimo día laboral… comprobando la teoría del síndrome pre-vacacional, refrendando que las leyes de Murphy pasan cuando menos deben. Dentro de todo este torbellino de cosas que hacer, arreglos y resanes de vida, como mastercard: Murphy siempre presente en los mejores eventos... ¿Me pregunto que ira a pasar mañana que me voy?... Toño, ¡tengo miedooooo!

Todo aquel que sabe lo que es sufrir el síndrome pre-vacacional, sabe que el Dr. Murphy suele recetar para estos casos un par de medicamentos; cuando en realidad, el doctorsucho este, debería apegarse a recetar: 1. de cajón un tafil pa relajar, 2. litros de café para levantarse temprano y tener más horas productivas, 3. poca comida para mantener al cuerpo despierto y 4. un GPS que te indique cuáles son los caminos libres de impacto para agilizar los movimientos.

Como el GPS todavía no existe y el tafil no es medicamento tipo OTC… pues nos conformamos con el café y la falta de comida… ¿alguna sugerencia?... se aceptan tooooodo tipo de consejos, inclusive del tipo de: "voltea al santo de cabeza" y "báñate con ruda o cosas así"… jajaja

Porque algún día seamos dueños de nuestro propio tiempo en el que todos los días sean días de vacaciones... de manera que cuando salgamos de viaje podamos decir: ¡a la fregada con todo! , sin sufrir remordimiento o stress.

…Cuando llegue ese día, me comeré otro shawarma en París…
París HOUR countdown ¡! 36 left and counting…

BICDH a punto de cumplir 2 años más…
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