miércoles, 16 de junio de 2010

El día que mi papá hizo un chiste

Mi papá es un ente del mundo transnacional corporativo nacido en México en los años 70, cuando despuntaba PEMEX y creíamos que el mercado libre todavía tardaría 50 años en abrir las puertas de nuestras fronteras…

Hijo de la educación mexicana y luchador incansable, es uno de los pilares e ídolos de mi vida. Cuando por fin se retiró de la industria, no sin antes dejar huella en, podría no mentir, millones de personas; se decidió a “vivir la vida loca” a su manera que consistía en seguir trabajando piezas de producción y reparando todo lo que se encontraba a su paso en un taller que construyó en el jardín de mi infancia.

Así que dichas actividades sólo le dejaban tiempo libre para compartir con nosotros los sábados y los domingos; pero como nosotros ya hemos crecido, las tardes de sábados eran para los compromisos con los amigos y los domingos para estarse en la cama lo más posible y pegarnos con Kola-Loca la pijama hasta el punto en el que te sientes tan pegajosita que te decides por bañarte pero para eso ya son las 7 de la tarde.

Uno de esas tarde correspondientes al 7éptimo día de la semana, estaba yo en “traje de carácter” y tristeando todavía por mi situación sentimental cuando apareció mi padre en la puerta de la casa con ganas de tomarse un té con nosotras. Teníamos té sin embargo, por la dieta rigurosa de tres mujeres, bueno 6, porque a las mascotas también hacen régimen; éramos carentes de cualquier tipo de alimento amigajonadito.

Así, que se les ocurrió que para la solución de nuestros problemas, fuésemos al autoservicio más cercano a comprar, pan, galletas, pastel, pastitas, gelatina o lo que se le pareciera… lo que estaba muy bien pero yo seguía en pijama y estaba aún descalza para variar…

Era la primera vez que mi padre me daba permiso de salir en pijama a la calle… parece que la jubilación le había sentado muuuy bien y nos enfilamos los 4 a la camioneta. Por votación unánime se tomó por sentado que solo mi mamá y mi hermana irían por el “encargo” y mi señor progenitor se quedaría conmigo en la camioneta para no pasear mi Victoria Secrets en público.

Mientras que estábamos allí sentados en silencio, debido a la seriedad que caracteriza mi padre, pasaron al menos 10 min. sin que articuláramos palabra alguna y sin que llegaran con el “antojito”… ¿qué tanto podían tardarse? Las dejamos en la puerta del supermercado… ¡solo tenían que comprar pan!... pasaron otros 5 minutos… le dije:

- ¡Que bueno que mandamos a las más rápidas de la familia por el pan!

Él me respondió:

- ¿Si verdad?, porque si no, seguiremos aquí sentados…

Jajajajaja, fue el primer chiste que había dicho mi padre y que me había causado gracia ¡! ¡En verdad que la jubilación le sienta bien!

Y después de reírme a carcajadas pasa lo que normalmente me pasa: me da hambre. … Ya había fijado la mirada en ese carrito de esquites que se pone en diferentes puntos de la urbe que es un “negocio” ya bien establecido… mmm , ¿cómo por qué dirían eso si es un carro en la calle?... un maldito negocio bien establecido tiene características como:

Paga impuestos… meramente por uso de suelo ¿no?
Esta contenido dentro de un inmueble …
y así, como por casualidad, cumple con los requisitos de sanidad que su correspondiente Secretaría regula.

Un carro no es un “¡negocio bien establecido!”… Para eso, las múltiples veces que he llenado la cajuela de mi camioneta de ropa y la he vendido me convierte en Carlos Slim y yo no ando diciendo eso por las calles, ¡¿verdad?!.... (ojalá)

Total…

-Papá, quiero un esquite por favor-

Así que arrancó la camioneta se acercó al c h a n g a r r o de los esquites y se bajó para ordenar. Optó por asomarse por la ventana hacia adentro para preguntarme los por menores:

- él: ¿grande? - yo: ooooobvio
- él: ¿mayonesa? - yo: oooobvio, ¡ingiero esquites solo por el pretexto de atragantarme de mayonesa, limón y piquín sin que suene asqueroso!

Mmm…. decidí mejor bajar la ventana (y enseñar mi pijama) para pedir yo desde el coche, porque se me hace que él nunca había comido esquites en su vida… (¡¿cómo pregunta que sí mayonesa?!):

- ¿queso? = poco (con eso de que ser intolerantes a la lactosa está de moda…)
- ¿limón? = ooobvio
- ¿piquín? = un friego
- ¿tapa? = ¡sobres!

Mi papá se quedó feliz porque pudo cumplirme mi antojo de esquites y según él subirme el ánimo y las del encargo por fin llegaron.
Ese fue el gran chiste de mi padre.

Por el contrario los chistes de mi mamá son una dulzura… El otro día fui al cine con ella. El buen señor de las palomitas le ofrece el combo M&Ms: palomitas chicas, refresco y M&Ms amarillas o cafés.

A lo que mi mamá le responde: ¿Cómo? ¡¿Todas del mismo color?! … jajajaja esos son el tipo de chistes de mi mamá…

Íbamos saliendo del cine y seguía yo riéndome de la igualdad de las M&MS cuando remató con reflexionar: -¿qué? ¿se ponen a abrir las bolsitas y a separarlas?... ¡Manoseadas menos las quiero! -

Lo mejor es que desde hace un tiempo que ninguno de los dos deja de echar carrilla, reírse de la vida y burlarse, sin afán de molestar, de la gente y las situaciones. Creo que hemos dejando el mundo corporativo en el pasado y hemos dado puerta abierta a la vida en el presente… aunque ahora soy yo la amargada del mundo corporativo… ¡nah! ¡Eso ni quien me lo crea!….

A mi padre, porque él cambió y yo no... jajaja

BICDH
263106

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